lunes, 19 de febrero de 2007

De inquilino en Venus

Sin pretenderlo me instalé en este paraje tan singular donde los colores son distintos, los aromas intensos, donde todo deslumbra.
Donde la luna y el sol son lo mismo, donde la tierra y el mar se mezclan, el aire embriaga y el tiempo pasa y se detiene de forma caprichosa.Es curioso lo del tiempo... aquí va para atrás, solo hay cuentas atrás. El día y la noche no tienen una duración estable. Existe el tiempo que queda para vernos, y el tiempo q queda para separarnos. Todo lo demás son siluetas desenfocadas en el horizonte. Desorientador

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